Cinco planes para hacer con tu hijo o hija adolescente

Resumen
¿Quieres reconectar con tu hijo o con tu hija adolescente, pero parece que nada de lo que propones le interesa ni le hace ilusión?
Es normal. Los adolescentes están en una etapa en la que buscan autonomía y su identidad. En esta etapa de la vida, a menudo cuesta encontrar actividades compartidas que gusten a toda la familia. Pero esto no quiere decir que no quieran pasar tiempo contigo, solo quiere decir que necesitan otro tipo de propuestas, donde se sientan libres, escuchados y respetados.
Te proponemos cinco planes sencillos que pueden funcionar. No hacen falta grandes ideas ni presupuestos altos, solo hace falta que tengáis ganas de llevarlos a cabo.
1. Noche de pelis o series
Puede parecer simple, pero funciona. Prepara palomitas o su snack preferido, y dejaos llevar por una historia compartida. Si dejas que elija la película o la serie, le estás diciendo: «Tu gusto me importa, te escucho y te valoro».
No hay presión por hablar, es un momento relajado donde todo el mundo puede ser quien realmente es, y después podéis comentar qué os ha parecido, qué os ha gustado o qué os ha sorprendido; de aquí, a menudo surgen conversaciones inesperadas.
¿Y si te recomienda algo o te hace alguna propuesta y la aceptas y miras con interés genuino? Quizás descubrirás algo más de su mundo.
2. Cocinad algo juntos
No hace falta que sea nada elaborado: una pizza casera, unas galletas, un plato típico de la familia o una receta nueva que encontráis en internet.
Cocinar juntos permite compartir tiempos sin tener que forzar conversaciones profundas. Es un espacio informal. Mientras se corta, se remueve o se prueba, salen reflexiones espontáneas.
Además, el adolescente valora sentirse útil. Deja que participe de todo el proceso: desde elegir la receta hasta servirla. Esto refuerza la autonomía y el vínculo.
3. Jugad a un juego cooperativo
Videojuegos como Minecraft u Overcooked, o juegos de mesa colaborativos como The Mind, Código Secreto, Hanabi, Pandemic o Dixit son perfectos para conectar desde el juego.
Son actividades en las que todo el mundo juega y aprende sin juicio. Tenéis una misión compartida, os ayudáis, os apoyáis y esto fomenta la complicidad y el trabajo en equipo. No hay que ser experto ni ganar siempre. Lo más importante es la actitud, pasarlo bien y disfrutar.
Jugar a juegos cooperativos con adolescentes es una ventana privilegiada para observar su crecimiento personal y social.
Es una manera lúdica de estar juntos, riendo y descubriéndoos de otro modo. Además, jugar a juegos cooperativos con adolescentes no solo es una actividad lúdica, sino también una ventana privilegiada para observar su crecimiento personal y social.
4. Haced una escapada corta e improvisada sin móviles
No hay que planificar unas vacaciones largas. Una salida de un día es suficiente: una playa poco conocida, un río con sombra, una excursión fácil, un pueblecito desconocido o, incluso, una noche de camping. No hay que ir lejos, solo salir del entorno habitual.
El cambio de escenario puede romper la rutina y facilitar nuevas dinámicas familiares desde donde las conversaciones pueden fluir. Todavía más, si lo decidís juntos, se sentirán partícipes de la aventura. No hace falta que sea perfecto, solo auténtico y relajado. Muchas veces estas pequeñas grandes cosas son las que nos acercan y se recuerdan más.
5. Haced una playlist juntos y escuchadla
Podéis crear una lista de reproducción con canciones que os gusten a todos. Pueden ser temáticas, como por ejemplo bandas sonoras de películas, de dibujos animados, según géneros musicales, etc., y cada persona puede añadir sus artistas preferidos.
Esto genera conversaciones sobre gustos, recuerdos, emociones. Puedes decir: «Esta canción me recuerda a cuando tenía tu edad», y compartir sin imponer. Es una manera muy potente de conectar a través de la música.
Podéis escucharla en el coche, mientras cocináis o durante una tarde relajada. La música es una ventana directa al mundo emocional. Y compartir gustos, aunque sean muy diferentes, puede generar empatía y conversaciones muy divertidas.
Cómo veis, no se trata de hacer grandes cosas, sino de pasarlo bien juntos y conectar.
Las familias perfectas no existen. Pero los momentos de conexión auténtica, sí. Este verano, apuesta por las cosas pequeñas pero significativas. Porque lo que se hace con amor, deja huella.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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