Recuperación en psicosis y QualityRights

Resumen
Pasar por un episodio psicótico suele ser una experiencia profunda y transformadora. No afecta únicamente a nivel clínico, sino también a la identidad, a las relaciones personales, a la trayectoria vital y a la forma en que una persona se percibe a sí misma. Por eso, en estos casos, la recuperación no puede reducirse solo a la desaparición de los síntomas. Recuperarse significa, ante todo, reconstruir un proyecto de vida con sentido, autonomía y dignidad.
Sin embargo, en torno a la psicosis siguen pesando muchos mitos y estigmas. A menudo se asume que quien ha pasado por esta experiencia ya no se recuperará, que perderá capacidades para siempre o que solo podrá vivir bajo supervisión constante. Esta mirada limita las oportunidades reales de recuperación, especialmente cuando quienes acompañan lo hacen desde el miedo o el control.
La recuperación no puede reducirse solo a la desaparición de los síntomas. Recuperarse significa, ante todo, reconstruir un proyecto de vida con sentido, autonomía y dignidad.
La realidad, sin embargo, es otra. Muchas personas se recuperan tras un episodio psicótico, construyen nuevas formas de vivir, desarrollan fortalezas, redibujan su identidad y encuentran nuevos propósitos. La clave está en que el entorno (profesionales, familia, redes…) ofrezca apoyo sin prejuicios, respetando el ritmo y las decisiones de cada persona.
No existe una única forma válida de recuperarse: cada objetivo es legítimo. Porque para una persona, recuperarse será dejar de escuchar voces, para otra, acabar la carrera, y para otra, volver a jugar a básquet con sus amistades. Ningún objetivo es más o menos válido, y cada camino requiere un abordaje diferente, flexible y respetuoso. Por eso, como profesionales, familiares o miembros de la comunidad, el reto es acompañar cada proceso con escucha, evidencia científica y humanidad, ofreciendo todos los recursos posibles, sin perder nunca de vista lo más importante: su dignidad, su autonomía y su proyecto de vida.
Un marco de referencia: el enfoque de QualityRights
La iniciativa QualityRights de la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone una transformación profunda de la atención en salud mental, poniendo los derechos humanos, la autonomía y la participación de la persona en el centro del proceso de recuperación. Este enfoque reconoce que la recuperación no es solo eliminar síntomas, sino vivir con sentido, tomar decisiones y mantener vínculos significativos.
Uno de los modelos más utilizados para describir el proceso de recuperación personal es el modelo CHIME, propuesto por Leamy y colaboradores, que identifica cinco dimensiones clave:
- Conectividad.
- Esperanza.
- Identidad.
- Sentido de vida.
- Empoderamiento.
Desde esta perspectiva, la recuperación se construye en relación con el entorno y a través de fortalecer el control sobre la propia vida.
Claves para acompañar en la recuperación en psicosis
Basándonos en el enfoque de recuperación y en los principios de QualityRights, compartimos algunas claves prácticas adaptadas a situaciones que pueden presentarse en personas que han vivido un episodio psicótico:
1. Escucha activa
Cuando una persona relata que oye voces o expresa ideas que no compartimos (como un delirio), lo importante no es desmentir o corregir inmediatamente, sino escuchar con respeto y sin juicio. A veces, sentirse escuchado sin ser invalidado puede ser el primer paso para restablecer confianza y vínculo.
2. Validar sin infantilizar
Si una persona muestra miedo o retraimiento, debemos evitar frases como «no pasa nada» o «estás exagerando». En su lugar, se puede decir: «Entiendo que lo estés pasando mal, estoy aquí contigo». Validar no significa estar de acuerdo, sino reconocer el sufrimiento como legítimo. Esto también implica respetar sus creencias personales, espirituales o culturales, aunque no las compartamos. Cada persona interpreta su experiencia desde su propio marco de sentido, y acompañar con respeto implica no imponer explicaciones externas, sino abrir un espacio donde pueda expresarse sin miedo al juicio.
3. Promover la toma de decisiones
En momentos de crisis, puede ser difícil decidir, pero respetar las pequeñas decisiones (como quién se queda con tus mascotas durante un ingreso o quién es tu referente familiar…) puede reforzar la sensación de autonomía y control.
4. Tolerar la incertidumbre del proceso
La psicosis no siempre sigue un curso predecible o matemático. Puede haber recaídas, momentos de duda o de avance inesperado. Acompañar en estos casos exige paciencia y flexibilidad, sin imponer ritmos ni expectativas externas.
5. Establecer límites con respeto
Acompañar también implica cuidar la calidad de la relación. Establecer límites no significa imponer reglas o controlar, sino encontrar un equilibrio sano entre la implicación emocional y el respeto por el espacio personal de la otra persona. Ni la sobreprotección ni la frialdad favorecen la recuperación. Una relación clara, confiable y cercana (sin ser invasiva) ayuda a construir seguridad y autonomía.
6. Permitir asumir riesgos positivos
Después de un episodio psicótico, algunas decisiones pueden generar temor en quienes acompañan: volver a estudiar, mudarse sola, iniciar una relación… Pero proteger no es lo mismo que impedir. Acompañar implica evaluar juntos los riesgos y permitir experiencias significativas, aunque con acompañamiento si es necesario.
7. Inculcar esperanza
Es común que tras una psicosis la persona sienta que «nunca volverá a ser la misma» o que su vida se ha detenido. Transmitir que la recuperación es posible (y que muchas personas lo han logrado) puede marcar la diferencia. Esto no significa negar el malestar, sino reforzar que hay futuro más allá del diagnóstico. En este sentido, conectar con personas que han pasado por experiencias similares pero que se encuentran en etapas más avanzadas del proceso puede ser una estrategia muy valiosa. Escuchar testimonios reales de recuperación ayuda a romper el aislamiento y ofrece modelos de referencia más cercanos y realistas.
8. Favorecer la conexión social y comunitaria
La psicosis puede llevar al aislamiento, ya sea por estigma o por temor o desconfianza. Acompañar en la recuperación implica reconectar con lo que da sentido: amistades, espacios de ocio, grupos de interés o proyectos colectivos. Las redes de apoyo no tienen porque ser exclusivas en la red de salud mental. La salud mental también se cultiva en comunidad.
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